La Bahía de Paracas es la cuna de la civilización pre inca Paracas conocida mundialmente por sus telares y momificaciones. Además la Reserva Nacional Paracas alberga aves migratorias, sobre todo el flamingo (que inspiró a San Martin para los colores de la bandera peruana, rojo y blanco) , el pelícano, el gaviotín en el sector Sequión y focas. Sobre las colinas de la bahía se erigen jeroglíficos. La principal fuente de ingresos es el turismo y la pesca artesanal. El sector turístico está bien implantado: de lujo y clases medias, con hoteles y centros de convenciones al frente de la reserva. Del puerto local parten lanchas con turistas a visitar las famosas islas Ballestas con numerosa fauna marina. Es uno de los centros turísticos más importantes del país. En el año 2014 comienza la construcción de un megapuerto para lo cual ya se cuenta con cierta infraestructura, el puerto de San Martín. Por este puerto se exportan minerales venidos de la zona andina y existen conexiones submarinas para la exportación del gas de Camisea que se ven algunas millas adentro en el mar. En 2019, el Consorcio Terminal Portuario Paracas propietario del puerto que tiene una concesión por 30 años, solicita una modificación del EIA para construir una vía más de acceso al puerto que cruzaría a través la reserva nacional. Esta amenaza a las aves, a los posibles restos arqueológicos aún presentes y al aire con la emisión de polvos del transporte de camiones. También quiere construir un almacén de minerales, una planta de tratamientos de aguas residuales, una desalinizadora y verter la salmuera al mar. El Servicio Nacional de Certificación Ambiental SENACE rechaza las construcciones, el SENACE había emitido 277 observaciones y el consorcio solo pudo levantar 33. El consorcio no pudo cuantificar el número de vehículos que atravesarían la reserva ni los impactos en el turismo, la fauna silvestre y pesca artesanal.. La población manifiesta fuertemente y realiza marchas y plantones. Las protestas contaron con el apoyo del biólogo Stefan Austermühle de la ONG Mundo Azul. |