El conflicto es causado por la incineración de residuos sólidos urbanos en la planta de Cemex en Atotonilco de Tula. Esta empresa, comenzó con dicha práctica en la planta de Huichapan. La organización GAIA reportó en 2012 que la comunidad de Huichapan, en el estado de Hidalgo, logró tras 6 meses de movilizaciones pacíficas y acciones legales la clausura de la planta de la empresa Proambiente, filial de Cementos Mexicanos, CEMEX, por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Después de la negativa para incinerar los residuos sólidos urbanos en el municipio de Huichapan, en la que los ciudadanos se opusieron rotundamente, pues detectaron que los habitantes del municipio de Huichapan, principalmente de las localidades de Maney, Dongoteay y Zothe ubicadas en torno a la planta de CEMEX, comenzaron a sentir los efectos negativos sobre la salud y los ecosistemas cuando ésta comenzó a recibir y a quemar indiscriminadamente la basura proveniente del DF, y se organizaron en el CUMA, para resistir a esta falsa solución a un problema generado en otro lugar del país y levantar sus propias alternativas para el manejo de residuos. La empresa implementó la misma práctica en la planta de Atotonilco de Tula. Sólo que esta vez, fueron más discretos e intentaron esconder las evidencias. Ahora, la llegada de los residuos sólidos se realiza durante la madrugada y los empleados son obligados a mantener silencio so pena de perder el empleo si entregan evidencias sobre esta práctica.
A pesar de que Hidalgo cuenta con una Ley de Protección al Ambiente que prohíbe tanto la incineración de basura, como el transporte de residuos no producidos en el estado, Cemex ha continuado incinerando la basura proveniente del Distrito Federal.
A mediados del año 2013, un grupo de ciudadanos de la comunidad de Boxfi, que colinda con la empresa, alertaron a los demás ciudadanos sobre los malos olores provenientes de la fábrica y la entrada de camiones con basura.
Estos ciudadanos, junto con las organizaciones ambientales municipales y apoyados por el biólogo Jorge Tadeo Vargas (GAIA) realizaron las denuncias a las autoridades correspondientes y junto con compañeros de los Estados de México, San Luis Potosí, Puebla e Hidalgo crearon el Frente de Comunidades en Contra de la Incineración.
Por medio de este Frente, se han generado varias acciones en contra dela incineración en los hornos cementeros y se ha dejado clara la postura de las comunidades.
1. Ante la situación que se vive en el país, por los impactos de la industria cementera. Pedimos NO MAS PLANTAS CEMENTERAS. No son necesarias. No pueden ser el motor de un desarrollo sustentable en el país y sus impactos en la salud ambiental y humana son mayores que sus beneficios.
2. Que las REGULACIONES PARA ESTA INDUSTRIA se basen en un estricto conocimiento de sus impactos negativos en las comunidades donde están instaladas.
3. LA NO INCINERACIÓN DE RESIDUOS en las plantas cementeras. Dejar fuera el argumento de empresas de cero emisiones y comprometidas contra el cambio climático que les permite cambiar a otro tipo de emisiones que en lo local resultan ser más dañinos a corto plazo y a largo se convertirán en un nuevo problema global. Si no existe una energía limpia para la producción del cemento, este no debe de ser producido.
La lucha en contra de éstas prácticas por parte de Cemex continúa y no se detendrá hasta que la empresa deje de utilizar los residuos sólidos urbanos como combustible.
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